7 de julio de 2016

La mitad de lo que soy, reflexión.

¡ La mitad de lo que soy !


Cada mañana, realizo un ritual para comenzar el día antes de salir a caminar. Orar para dar gracias por un nuevo día, observar los colores del cielo por la ventana e intentar hacer una nueva postura que active los músculos de mi de mi cuerpo. 

Hoy, decidí tomar una foto al comenzar por tres razones. 

La primera, confirmar mi auto-aceptación. Cuando veo fotos de mi espalda, inicialmente siento una puñalada en el corazón y segundos después sonrío porque recuerdo que hay mucho camino por andar. Pienso en que debo olvidar el pasado dónde mis momentos de debilidad y auto-compasión me hicieron descuidarme por completo. Respiro y doy gracias a Dios por permitirme seguir luchando.

La segunda es para aprender a amar cada curva de mi cuerpo. Y esto no significa que me "conforme" con lo que ahora soy. Amar cada curva va más allá de eso;  también implica la aceptación visual de ellas, el identificar lo que puedo mejorar y lo que no, el comprender que  lo que no se puede cambiar siempre será parte de mí y debo aprender a lidiar con ello.

La tercera y más importante para mí, recordar por qué NO puedo RENDIRME. Cada vez que hago ejercicios como este, siento una gran tensión en mis músculos. Con el paso del tiempo, he notado como que hay ciertos movimientos que me cuesta más trabajo hacer como por ejemplo girar mi tronco del lado convexo de mi columna y los estiramientos que impliquen esfuerzo en la misma zona.

Estás tres razones, sólo me hacen reafirmar mi deseo de ser un ejemplo de lucha para otras personas, tal vez, un ejemplo de perseverancia, fortaleza, confianza y  voluntad.

Después de observar por varios minutos esta foto comprendí que sólo soy la mitad de lo que se ve. Mi cuerpo sólo representa el 50% de lo que soy realmente. El otro 50% esta conformado por mis emociones, sentimientos, miedos, conocimientos y las cosas que hago. He comprendido que quizá no pueda cambiar las curvas de mi cuerpo, pero sí mi tristeza por alegría, mi llanto por sonrisas, mi miedo por valentía, mi conocimiento por experiencias compartidas a otras personas y convertir todo lo que hago en cosas productivas para ayudar a los demás.

Mucho se habla del equilibrio, y quizá podrías pensar que con una columna desequilibrada es imposible lograrlo. Sin embargo, soy fiel creyente de que el equilibrio comienza por dentro, más allá de lo físico y corpóreo, comienza por el alma. 

Y mi compromiso al día de hoy es demostrarlo, demostrar que esa foto muestra sólo la mitad de lo que soy y para nada define mi completa esencia de ser humano.




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